Ella soñaba con vivir en Bahía,
pero en San Telmo sobrevivía;
tomaba clases de teatro independiente
era feliz mostrando el culo a tanta gente
inteligente.
Tomaba leche en La Martona de Corrientes
y se las daba de mujer independiente.
Siempre jugó a ser una mina esclarecida
con la política social comprometida;
era agresiva.
En realidad siempre sintió ser agredida;
"En este medio todo es causa perdida".
Mientras su amante resoplando a sus espaldas
le prometía ser el último en forzarla,
y rescatarla.
Ella pensaba que era un juego este tormento,
de abandonarlo todo en busca de otros vientos
de comenzar de nuevo en medio de otra gente,
en otra patria y otro cielo diferente;
era inocente.
Nunca empezó en las que enfrentaron seriamente
la realidad de ser mujeres del presente;
después de todo era una joven liberada,
lo suficientemente bien analizada:
era freudiana.
Ella jugaba a la heroína de la fiaca
y hoy hace cinco largos años que era flaca
manda postales, sin corpiño, bien tostada,
con cierto tono portugués en la posdata.
Ya es bahiana, mi Mariana.