Despertó junto a mí y sentí cantar.
La canción de su amor.
Vi que entraba el mar,
y entre mis poemas y mi arcón,
vi flotar la luna junto al sol
y la abracé y después reí.
Creo que he visto visiones, le dije,
y sonrió sin hablar.
Y yo sentí el verano entrar
en nuestro hogar.
Ella flotó y yo corrí por el cuarto,
y al fin la alcancé.
De arena y sal su amada piel,
y el mar cantó, y el mar cantó.
Pero el tiempo pasa y nada queda al fin,
sobre mis poemas y mi arcón.
No cante el mar, sólo el gemir,
del tiempo va.