Tu mejilla


Aún era muy pequeñín. Tenía un mundo por descubrir.
Tú eras una niña inquieta, coqueta, secreta, incompleta, indiscreta.
Me convenciste para jugar. A ser dos novios que se querrán.
Yo acepté por ser inocente, corriente, inconsciente, demente y no.

Aprovechaste mi ingenuidad. Para hacer tus sueños realidad.
Te pasaste toda la tarde tocando, besando, intimando, soñando.
Y desde entonces que ya no sé. Lo que está mal y lo que está bien.
Me siento mucho más confuso, iluso, difuso, obtuso y no.

Ay hijita de mi vida no ves lo que has hecho de mí.
Ay que me has dejado más mareao que un pato.
Muchas veces la ignorancia es mejor que querer saber de más.
Tranquila todo llegará. que sólo teníamos doce años.

Cuando era muy pequeñín. Mostraste un mundo por descubrir.
Y ahora que lo he probado todo. Me aburro me angustio, preocupo y dudo.
Quisiera otra oportunidad. Para la inocencia recuperar.
Porque somos sólo unos niños. No quiero líos sólo cariño.

Señorita, lo que me enseñas no me gusta. Tú tienes tu instinto y
yo tengo el mío.
¿Quieres saber cuál es el mío?.

Me muero por besarte en la mejilla. Que es suave y muy blandita.
Que es mucho más dulce que unir dos lenguas en mí.
Pues no me gusta nada. Lamer todas tus babas.
Como si me escupieran en la boca tras abrir.
Me gusta mucho. Cogerte de la mano. Acariciarla un rato. Lo prefiero
a que al andar juntos. Haciéndome el chulo. Meter con disimulo. La
mano en el
bolsillo de tu...

Cuando era un nano cagón. Quisiste jugar a ser mayor.
Te quitaste toda la ropa riendo, pidiendo, mintiendo, gimiendo.
Te aprovechaste de mi amistad, de mi ignorancia y mi corta edad.
Quisiste correr demasiado y chocaste, estampaste, callaste, un desastre.

Y ahora me vienes a llorar. Al ver lo que te dejaste atrás.
Ya jamás volverás a tener un beso primero, secreto, perfecto.
Desperdiciaste tu juventud. Por querer matar esa inquietud.
Quisiste degustarlo todo y ya no hay más platos en tu menú.

Ay hijita de mi vida no ves lo que has hecho de ti.
Ay que te has quedado más sola que un faro.
Muchas veces la ignorancia es mejor que querer saber de más.
Pero no quisiste esperar y sólo teníamos doce años.

Ay, ay, ay, tú lo que ves es demasiada tele. Sobretodo cuando deberías
estar acostada. Pon los pies en el suelo hija mía. ¿Sabes lo que me
inspiras
cuando te veo?

Me muero por besarte esa mejilla. Tan suave y tan blandita.
No sé por qué te gusta más pringarte en mi interior.
Yo prefiero abrazarte que darte por delante.
Me gustas más con ropa mona que enseñando tus vergüenzas.
Quiero cogerte de la mano. Acariciarla un rato. Lo prefiero a que al andar juntos. Haciéndome el chulo. Meter con disimulo. La mano en el bolsillo de tu...

Ya sabes a lo que me refiero. Yo ahí no meto la mano, no vaya a ser que
se te escape algo.
Ay hijita de mi vida, que estas confusa y poco feliz.
Tus intentos de ser mayor te han desengañado.
Tranquila que yo te quiero y quiero que tu estés junto a mí. Junto a mí,
junto a mí.

Junto a mí besando tu mejilla. Tan dulce y tan rica.
Mirar esos ojitos que parecen luz del mar.
Me muero por contarte. un chiste de magnates.
Porque ver tu sonrisa es un regalo que no tiene precio.

Quiero cogerte de la mano. Acariciarla un rato. Lo prefiero a que al
andar juntos. Haciéndome el chulo. Meter con disimulo. La mano en el
bolsillo
de tu culo.