De aldea en aldea el viento lo lleva siguiendo el sendero,
su patria es el mundo, como un vagabundo va el titiritero.
Viene de muy lejos, cruzando los viejos caminos de piedra.
Es de aquella raza que de plaza en plaza, nos canta su pena.
¡Allez hop! ¡Titiritero, allez hop! de feria en feria.
Siempre risueño, canta sus sueños y sus miserias.
Vacía su alforja de sueños que forja en su andar tan largo.
Nos baja una estrella que borra la huella de un recuerdo amargo.
Canta su romanza al son de una danza híbrida y extraña,
para que el aldeano le llene la mano con lo poco que haya.
¡Allez hop! ¡Titiritero, allez hop! de feria en feria.
Siempre risueño, canta sus sueños y sus miserias.
Y al caer la noche en el viejo coche guardará los chismes,
y tal como vino sigue su camino solitario y triste.
Y quizá mañana, por esa ventana que muestra el sendero
nos llegue su queja mientras que se aleja el titiritero..