Si olvidaran mis labios tu sabor
y un oscuro presagio de dolor
me llevara al naufragio de verte partir,
¡ay, amor! ¿qué sería de mí?
Si en el reino del agua me falta tu mano
y al balcón de tu piel no me puedo asomar,
si perdiera el camino que me lleva a ti,
¡ay, amor! ¿qué sería de mí?
Antes que doble el corazón la esquina del adiós,
antes que el siglo de las balas me robe la razón,
antes que sea venenosa la sangre de las rosas del edén,
atrápame en tu boca por mi bien.
Si mañana el verano secara el jazmín
y mis ojos, en vano, riegan tu jardín,
si es la muerte en mi mano una espina mortal,
¡ay, amor! ¿qué me puede pasar?
Si, tocado y herido, cruzara el umbral
que la vida y la nada separa al azar,
si no encuentro tu pecho al llegar allí,
¡ay, amor! ¿qué sería de mí?
Antes que un suspiro, tú lo sabes,
quién me guarda este amor
que en la vida no me cabe,
quién navegará en calma los ríos del alma,
quién recordará mi canción.