Hay padres que hasta el alma han empeñado.
Hasta verlo salir de cualquier cosa graduado,
son montones de billetes que en éso se han gastado,
y el que no ha tenido plata para burro se ha quedado,
¡chamo tarado! ¡chamo tarado!
¿A dónde llegará señor esta cuestión?
Yo le prendería una vela a San Espiridión.
Pero las velas han subido como un avión.
Pero el que arregla ésto creo que está de vacación,
o se le está olvidando todo el montón,
¡qué vacilón! ¡qué vacilón
.