James Brown al talego!
Sus gritos histéricos ya no dan el pego.
Es un macarra y es un hortera
que conduce a toda hostia por la carretera,
cuando el polvo de ángel no le deja ver.
¡James Brown a la trena!
No grites, que no nos das pena.
Te cargaste a Otis Redding,
Arthur Conley, Jackey Wilson,
Sam Cooke, Marvin Gaye.
¡No está bien! ¡No está nada bien!
Te cargaste a los colegas
y para ti todo el pastel,
que es el viejo truco del almendruco,
así nadie te hace sombra y eres el primero.
Para ti toda la gloria y para ti todo el dinero.
No sabemos cómo te las arreglas
para salir bajo fianza o en libertad vigilada,
será que en la cárcel no te quieren nada.
Nadie da un duro por tus corcheas.
Estamos hartos de comprar otros discos,
en todos aparece alguno de tus gritos.
Algo suena ‘tic, tac‘
debajo de tu coche esta noche.
Y también están los músicos que has explotado,
tocaban para ti y no les has pagado.
Tenían que ir de frac y limpiarte los zapatos,
y todas esas multas que les has cobrado.
Cuando caías de rodillas en el escenario
y todos ya sabían que era puro teatro.
También estaba el numerito de la capa,
pero éso es mejor ni mencionarlo.
Papeletas, James, papeletas.
No digas que no, no nos hagas la puñeta,
que si nos enfadamos te damos pasaporte.
Rigoberto Picaporte, maricón de mucho porte.
Si te decimos ven, deja todo y síguenos,
la única salida es venir con Def Con Dos
y ponerte a fregar suelos y a zurcir los calcetines
y los pasamontañas de todo el Escuadrón.
¡Eh, tú, boquerón!
Brown en guiri significa marrón.
Y como Dios propone y el hombre dispone,
te vamos a comprar un sonotone,
a ver si así te enteras de una vez
de que has hecho mil veces la misma canción
y nadie te denuncia por pesado y cabezón.
¡James Brown, trabaja de peón.