Seda negra


No sé si fué el alcohol o qué, no,
o la sombra de sus labios en el champán.
Mató a mi pobre timidez, sí,
sobre el escote
en el teatro del placer.

El sueño me atrapó
como en esa canción.
Sus piernas sobre mí...
¿Que hubieras hecho? Dí

Que no, que no, que no,
que no me digas más
que no, que no, que no,
que no pienso escuchar
que no, que no,
que siempre pasa igual.
Que no, que no, que no,
que no me digas más
que no, que no, que no,
que no pienso escuchar
que no, que no,
que siempre pasa igual.
La seda negra en el cristal, sí,
el vicio de sus manos al sonreír.
No se pero no pude ver, no,
y poco a poco fuí dejándome caer.

Y al abrigo del sol
mi paz se oscureció
dime que puedo hacer
solo quiero ser yo.

Que no, que no, que no,
que no me digas más
que no, que no, que no,
que no pienso escuchar
que no, que no,
que siempre pasa igual.
Que no, que no, que no,
que no me digas más
que no, que no, que no,
que no pienso escuchar
que no, que no,
que siempre pasa igual