Caminante de sí mismo
sin reservas acometerá,
siempre borracho de grandeza
pero yo sé que se inflama hasta llorar.
Puede poner la voz tan solo,
a ras de viento mudo y ciego una vez más,
milagreando minuto a minuto,
sigue apagando velas.
Oh! Oh! Oh! rumbo a la tragedia.
Como un mercenario ingrato,
cazador y vagabundo a la vez,
te hiere los ojos,
se escurre como un pez.
Puede poner la voz tan solo,
a ras de viento mudo y ciego una vez más,
milagreando minuto a minuto,
sigue apagando velas.
Oh! Oh! Oh! rumbo a la tragedia.