Me arrastraste por el suelo, y ahora soy tu prisionero
que alguien llame a un experto
que calme este incendio, que apague este fuego.
Me dijiste “no te quiero”, sin darle casi importancia
yo me derrumbe con elegancia mientras tu fumabas
quemándome el sombrero.
Y ahora cargo con resignación estas plegarias no atendidas
pero de qué sirve rezar y si nunca aprendí a decir amen.
Tengo la cabeza llena de promesas incumplidas
cómo duele recordar las promesas de ayer.
Me tiraste el anzuelo para cazar tiburones
yo pensaba que en mi tumba nunca faltarían flores.
Me dijiste “no te quiero”, disfrutaste la venganza
y yo pase toda la noche bailando la samba sin esperanza.
Y ahora cargo con resignación estas plegarias no atendidas
pero de qué sirve rezar y si nunca aprendí a decir amen.
Tengo la cabeza llena de promesas incumplidas
cómo duele recordar las promesas de ayer.
Cultive con cariño esa rosa y una mañana ventosa salió
volando de mi jardín....