El arno de barcas borrachas de sol
te sonreía cortando por la mitad
tu belleza robada de un film
hace cuarenta años.
El arno con el vestido de tu matrimonio
y un año después ese sesenta y tres,
yo me asomaba a la vida en horario
y la casa en Santo Espiritu
como era pequeña
pero sobre el arno en brazos de ti
mandaba la ciudad.
Dónde estará ese arbol
que jugaba en el jardín con nosotros.
La verdad de un momento
cada día más viva que nunca
donde estarás tambien tú
porque no me acuerdo más
cuánto me amabas.
Pero el arno con dos años gritando su nombre
toma la calle de la libertad
y bajo la lluvia de un cielo de cobre
abrazó Firenze inmóvil.
Nuestras fábulas,
los miedos dentro de mi,
esa tu felicidad.
Dónde estará esa mesa
que hablaba en la cocina con nosotros,
que no me ha visto crecer
porque el Arno la ha raptado también.
Diseló al menos tú
a esta histérica tribu
que estamos vivos.
Mientras el Arno se nos va
dónde estará ese angel
que ha salvado algo de nosotros
y me ha dejado un deber,
recordar esos pequeños héroes
que tienen una lágrima más,
la misma que dejaste tú
sobre sus nombres.
Miro Firenze desde los ojos del Arno..