Esta cosa camina sola,
sin mucho interés,
sin el nudo que aprieta la garganta,
sin grandes apuestas,
Sin demasiados rumores de fondo,
sin demasiados rencores,
sin avanzar los pies en el mundo,
como un acelerador.
Esta cosa va adelante, se revela,
y finge ser extranjera
habla otro sintaxis y revela
un ligero agotamiento
en la pagina blanca, de lado
justo a los pies de la cama
te enamoras, siempre confundido
del mismo defecto.
Qué haré sin ti,
¿qué haré sin ti?
Y detengo el paso y el corazón
me detengo de repente,
y controlo en silencio el dolor,
cuanto falta para el impacto,
y la danza simétrica avanza
y se hace evidente
desaparece y vuelve a cerrar la habitación
a quien por la danza hiere.
Hasta la última gota de amor,
hasta el último orgasmo,
hasta el expediente del corazón
contra nuestro egoismo.
Qué haré sin ti,
¿qué haré sin ti?
Qué haré sin ti,
¿qué haré sin ti?
Y en los ojos renace de nuevo
esa parte de ausencia
que llevamos a la extrema renuncia,
a la desgana,
es una danza, y es esta tan solo,
sin destino,
que devuelve remordimientos y llantos
por otra canción.
Y Qué haré sin ti,
¿qué haré sin ti?
Qué haré sin ti,
¿qué haré sin ti?
Sin tí, sin tí....