Una vez en la orilla infinita,
el mar bramó,
y la luz estalló frente a mí,
y aún se escucha el dulce eco,
aún se escucha el dulce eco...
como si supiera regresar...
Esta vez la canción viene a mí,
es un oleaje y es un don,
un amor sin después...
Sí, aún escucho el dulce eco,
aún escucho el dulce eco...
más allá de todo nuestro amor.
Hoy no quiero pensar,
todo este dolor,
y como es que no llegas a mí...
espero me comprendas,
las cosas no esperan...
Hoy leí en un libro de sal,
la palabra fin y desperté,
en la orilla espectral,
quién dirá que vi tus ojos,
quién dirá que vi tus ojos,
como un océano brillante...
Oh, vuelve a mí...
para no pensar,
en el que ya quedó sin fe...
y cómo es que no llegas a mí,
espero me comprendas nena,
las cosas no esperan...
Hoy por fin en la orilla del mar,
¿cómo será poder amarte?
¿cómo será?
y así contemplar la inmensidad,
la inmensidad de tus ojos,
apenas sostenidos,
por las estrellas invisibles,
que ansían mi silencio...
como la noche ansía el día....