La cereza del zar,
impulsada por él,
al caer el sol,
miró las platas,
de su luna,
loco por las calles va,
buscando a la cereza,
(sombras de nada)
lo sacude un rayo,
el viento da pavor,
y nieva
las lajas de la calle,
y esa voladura,
de unos niños,
al ver,
la cereza
caer..