Despierta, rumano, del sueño de la muerte
en el que te sumieron los bárbaros tiranos!
Ahora o nunca, fórjate otro destino
ante el cual se inclinen hasta tus crueles enemigos.
Ahora o nunca demos pruebas al mundo
de que por estas venas aún corre sangre de romano,
y de que en nuestro corazón conservamos con orgullo
un nombre que triunfa en la lucha, ¡el nombre de Trajano!
Mirad, gloriosas sombras de Mihai, Stefan y Corvino
a la nación rumana, pues es vuestra descendiente.
Con brazos armados, con vuestro fuego en las venas
"¡Vida en libertad o muerte!" gritan todos.
Marchen los popes con la cruz delante, pues el ejército es cristiano.
El lema es libertad y su propósito es sagrado.
¡Antes muramos en la lucha, plenos de gloria,
que ser de nuevo esclavos en nuestra vieja tierra!