Dos mayates
caminaban acarreando sus tenates
para ir a merendar a los arriates
que quedan al fin del jardín
donde pega calientito el sol.
Dos mayates,
despacito y arrastrando sus tenates,
para ir a merendar a los arriates
que quedan al fin del jardín
donde pega calientito el sol.
Mas uno es cojo
y el otro también.
Eso no importa,
se quieren muy bien.
Van abrazados,
tardando en llegar,
¡pero podrán llegar!
Dos mayates
caminaban acarreando sus tenates
para ir a merendar a los arriates
que quedan al fin del jardín
donde pega calientito el sol.