Hoy pasó un chivo
arrastrando un carricoche
que sonaba al viajar;
en sus cuatro ruedas
un derroche de campanas
tintineaban al rodar.
El chivito aquel me vió
le grité, se asustó
y tomó la dirección
del País de la Canción.
Muchas veces lo llamé
pero él no volvió;
agitando un cascabel
por las montañas se alejó,
A través del campo
va rodando el cochecito
enseñando su canción
a todas las flores
que salpican la pradera
como alfombra de color.
Qué tristeza no poder
ir con él yo también
y viajando aprender
sus cantares en vaivén.
El chivito desconfió
pues grité e hice mal;
temeroso, se alejó
con su carrito musical.