Esta es la historia de un guardia una noche de pateras
que llegaron veinte o treinta a la orilla de una playa
buscando la luna nueva
esta es la historia de un guardia una noche de pateras.
Ella venía (ella venía), de lo más negro preñada
y por la luna cumplía
por el marío preguntaban
y marío no tenía
-De Tarifa a Casablanca
cuando bajó de la patera
se enamoró en aquella playa
de la carita morena
de aquella sirena embarazada-
Lo mismo que si la noche
se enamorara del día
la tapó con su tres cuartos
pero la pena y el miedo
a veces los confundía
porque faltaba un te quiero
y ninguno lo decía.
Y le nacía (y le nacía), en la tazita de plata
lo que en su vientre traía
y secándose las lágrimas
le dijo que la quería.
-De Tarifa a Casablanca
cuando bajó de la patera
se enamoró en aquella playa
de la carita morena
de aquella sirena embarazada-
Buscaban como llamarla
y le pusieron María
en la cuna que mecían
entre dos sábanas blancas
era la noche dormía.
No sabían como llamarla
y le pusieron María.
Ea la ea (ea la ea), mi negrita gaditana
que dormidita que quéa
María del mar se llama
me la trajo la marea.
-De Tarifa a Casablanca
cuando bajó de la patera
se enamoró en aquella playa
de la carita morena
de aquella sirena embarazada-
Y es que a nadie le importaba
lo que el guardia la quería
por lo carnavalera el guardia le regalaba
un traje de piconera
mi morita no te vayas
no te vayas de mi vera.
Nadie sabía (nadie sabía), como el guardia la adoraba
como ella lo quería
por la tazita de plata
los vieron besarse un día.
-De Tarifa a Casablanca
cuando bajó de la patera
se enamoró en aquella playa
de la carita morena
de aquella sirena embarazada-.