De un tiempo a esta parte, muchacha, te noto
más pálida y triste. Decí: ¿qué tenés?
Tu carita tiene e) blancor del loto
y yo, francamente, chiquita, no sé...
¿Qué pena te embarga? ¿Por qué ya no ríes
con ese derroche de plata y cristal?
Tu boquita. donde sangraron rubíes,
hoy muestra una mueca, trasuntando un mal...
El piano está mudo...
tus ágiles manos
no arrancaron el tema
del tango tristón...
A veces te encuentro
un poco amargada,
llorando encerrada
en tu habitación.
Y he visto, extrañado,
que muy a menudo
de todo te olvidas,
cabeza de novia
nimbada de amor.
¿Qué es lo que te pasa? Cuéntame, te ruego
que me confidencies tu preocupación.
¿Acaso tu pena es la que Carriego,
rimando cuartetas, a todos contó?
De todo te olvidas, cabeza de novia,
pensando en el chico que en tu corazón
dejó con sus besos sus credos amantes,
como un ofertorio de dulce pasión..