¡Mujeres las de mi tierra!


Mujeres las de mi tierra,
de cimbreante cintura,
de rostro erguido, valiente,
de andares suaves y ardientes,
abnegadas y pendientes
de prodigar su ternura.

Mujeres las de mis pagos
que nada saben de amagos,
sutilezas ni torturas.

Y al ir pariendo este canto,
yo revivo tus encantos
donde ese fuego palpita
nadie es capaz de dar tanto,
no hacen mella en ti quebrantos,
que por dar, quedas marchita...

Mujeres las de Canarias,
las del hablar cadencioso,
las de la paciente espera,
las del amor sin frontera
que alimenta mis quimeras
en esta tierra extranjera..