Tuve que aprender que cantar
es como desgranar ese racimo de voz,
que se te entrega
envuelto en un papel de celofán,
preciado regalo.
Y navegar en los silencios
que nunca nadie escuchó
para optar entre miles de notas.
Dame tu mano y cogeré con mi voz
mil mariposas
dame tu voz y alcanzaré para ti
mil mariposas.
Y me esforzaré por andar
entre versos prohibidos,
para susurrar sin herir
si estás dormido,
y ser parte de ti al hablarte
como a un amigo.
Te llevaré tan lejos
como me alcance la voz,
para optar entre miles de manos,
entre miles de notas.
Dame tu mano y cogeré con mi voz
mil mariposas
dame tu voz y alcanzaré para ti
mil mariposas.