En una lejana playa del animus


Una niña descalza,

anda en la playa,,

como gota de lluvia,

sobre la zarza...

Los aldeanos se van durmiendo,

toda estrella fugaz,

conoce su nombre...

Así como el agua viaja,

conociendo el aire del lugar...

y hoy por fin,

la inmensidad fue el bien...

y hoy por fin,

la inmensidad fue tibia y fugaz...

como el sol...

Solo sé que Dios vendrá...

¡ruego que venga ya!

besa el violín,

que ya nunca jamás,

sonará...

bebe la sombra,

de un indio,

en un río divino...

sin querer te marcarás,

hasta que al morir,

buscarás el sinfín,

y antes del alba,

tendrás tu rocío final....