Para olvidarte a ti, que no supiste
comprender la ternura, de mi alma.
Y es necesario, recobrar la calma
que el corazón perdió, cuando te fuiste.
Para olvidarte a ti, que aún me quieres
y a pesar de tu orgullo, y tus agravios.
Me embriagaré, sediento de placeres
en la pagana copa, de otros labios.