Oh! Mi dulce enfermera,
haz la cortina a un lado por un rato
para que por una vez yo pueda tener
el sol en mis ojos.
Tú sonríes y dices:
es un buen día.
Oh! Mi dulce enfermera,
haz la cortina a un lado por un rato.
Entonces, como un fantasma por la noche
vienes toda vestida de blanco,
te diriges a mí,
y entonces tengo que beber
el agua con tu veneno derramado.
Sin más.
Oh! Mi dulce enfermera,
parece que tienes tan poco tiempo
que más bien me pones
a dormir para que se sienten a mi lado.
Entonces, como un fantasma por la noche
vienes toda vestida de blanco,
te diriges a mí,
y entonces tengo que beber
el agua con tu veneno derramado.
Sin más....