Siempre te imagino como aquella vez,
aunque haya pasado ya una eternidad,
aún guardo el recuerdo del verano aquel,
cuando apareciste casi sin hablar.
Yo era sólo un niño, tú ya una mujer,
aunque lo de menos fuera nuestra edad;
en ese momento pude comprender,
que hay cosas que el tiempo no puede borrar.
Ref:
“Quiérame, quiérame que quiero quererte una vida,
no ves que desespero por darte la mía;
Regálame una noche que no tenga final”,
recuerdo que te dije a la orilla del mar.
“Quiérame, quiérame que quiero quererte una vida,
no ves que desespero por darte la mía;
Regálame una noche que no tenga final”,
recuerdo que te dije a la orilla del mar.
Cuando ya la luna le dio paso al sol,
después de una noche que no olvidaré;
con la luz del alba se te iluminó,
tu cara de diosa, tu pelo, tu piel.
La sal y la arena, la brisa del mar,
el azul del cielo, tu risa, tu voz;
mi boca sedienta la tuya buscó,
y de esa manera te empecé a adorar.
Ref:
“Quiérame, quiérame que quiero quererte una vida,
no ves que desespero por darte la mía;
Regálame una noche que no tenga final”,
recuerdo que te dije a la orilla del mar.
“Quiérame, quiérame que quiero quererte una vida,
no ves que desespero por darte la mía;
Regálame una noche que no tenga final”,
recuerdo que te dije a la orilla del mar.