Oye la voz, Señor


I
Oye la voz, Señor,
que el pueblo con fervor eleva a ti;
clama con ansiedad pidiendo libertad,
que aparte la maldad lejos de sí.

II
Tú la divina luz nos diste,
buen Jesús, al padecer;
y no permitirás, Dios de bondad y paz,
que siga el pueblo más tu luz sin ver.

III
Quisiera alabar tu nombre sin cesar
el pueblo, oh Dios.
Haz que ningún poder opuesto
a tu querer siga sin conocer tu dulce voz.

IV
Libra a tu pueblo aquí,
que humilde viene a ti, de esclavitud;
muéstrale tu poder y en su alma haz
nacer consuelo y placer, gracia y virtud..