Hablando incoherencias
casi al borde de la inconsciencia,
los viejitos ya no entienden lo que hablamos y no importa,
de ellos no hablamos más,
tantas cosas que nos molestan,
lo peor no saber ni a dónde vamos
no tener nada claro en nuestro desahogo,
sólo desahogarnos y gritar,
y gritar, empujar, empujar y desahogar.
Y me quedé encaminado a ninguna parte
y ya no sé para qué me exigen siempre
que yo sea justo el que no quiero ser,
el que no quiero ser.
Tantas horas perdidas, tantas vueltas a la misma calle,
tanto recibir imágenes, palabras y mensajes que no dicen nada,
y si ya perdiste la fe
si ya no crees en la ley
si ves que tu camino ya no se endereza,
si tu camino no se endereza
y tu camino no se endereza.
Y se me duermes los pies y no camino más .
Y ya no hablo más incoherencias.
Y me pongo a pensar que tal vez yo debería parar
y no ayudar nunca más a que todo funcione tan mal,
a que todo funcione tan mal.
De forma tan perjudicial..