Despreciable es el frío
que golpea de madrugada
varios años han pasado ya
sobre mi cara
me pregunto si tal vez
ellos han pensado hoy
en mis brazos ya cansados
de entregarles plusvalor...
esta sombra, sé que es
la angustia y la sinrazón
de estos tristes días
sometido a las grises y frías cadenas...
sintiendo cada atropello y cada mal
como una daga abriendo mi corazón
durante años entregando mis esfuerzos
y ni siquiera sé cuál es mi rumbo...
pero aquí voy
aquí voy, hoy...
los ojos inyectados esta madrugada
de sangre que rechaza el frío de mi alma
mis niños condenados ya sin esperanza...
el tiempo acaba, déjame...
mis días van contados...
me veo al fin desmembrado
... el insomnio de la decepción
es lo único que siente hoy mi corazón.