La recuerdo esa noche, calurosa y azul
Diciembre 94, nochebuena en el Spur`s.
Su nombre era Belén y sus ojos pura miel
una misionera de rebelde piel.
Tras dos horas de divagues sobre la revolución
me fusiló con sus labios y me dijo "vámonos"
Y nos rajamos a su hogar cerca de la Terminal
y en su cama pasamos la navidad.
Dulce Belén
ella fue
un caramelo agridulce de pasión.
Y es cierto que
nunca la amé
o ella tal vez se merecía algo mejor:
un super hombre del hombre
y no un vicioso del punk rock.
Entre sexo, porro y libros aprendimos a soñar
una patria liberada y con justicia social
Y con canciones de Silvio y algún "hey ho let´s go"
se creyó eso de "el angel que pasó".
Me hablaba de rebeliones por todo el interior,
de uno de sus compañeros que desapareció
y cuando quise información sobre su organización
me cortó y dijo "no preguntes más".
Y de Belén no quise ser más su rehén
y me escapé de su calor.
Y la dejé
y me alejé
no regresé y me volví un cazador, un nómada sin corazón,
un buen amigo del dolor.
Marzo del 99, en la plaza la busqué
y en el medio de las balas, fuerte su nombre grité.
Pero era tarde ya
se incendiaba la ciudad
y entre la muerte grité ¿adónde estás?
Y me fui en la soledad
maldiciendo esta ciudad
y el recuerdo de su piel me hizo llorar..