Sentado sobre un sillón de algún puesto burocrático
Este pobre Donacio habla poco en su despacho
Día tras día, paso a paso.
Con aire de gran señor: ¨Buenas tardes señorita¨
¨Buenas tardes Donacio¨contesta una triste voz.
Las paredes sonríen y murmuran entre si;
Cuantos, cuantos Donacios han pasado por aquí
El sillón también les dice: yo les quiero referir
¨lo menos en cientos de estos se han sentado sobre mi¨
y este piensa que es distinto, que va a ser emperador,
y el pobre lo manipula el interés de este señor.
Y este piensa que es distinto, que va a ser emperador,
Y el pobre lo manipula el interés de otro señor.
Y al final se queda en casa, con treinta años de trabajo
Con sus ojos desgastados, feliz por ser jubilado
Con la mitad del salario.
Con sus ojos desgastados
Con la mitad del salario..