Soy ayuno de tu ser,
hago dieta de tus besos,
ni siquiera como perdices
porque una gripe aviar
se ha encargao de destrozar lo bueno y malo de este cuento
que ya no cuento ovejas,
para coinciliar el sueño,
ahora cuento todo aquello
que no depende de algún dueño..
que pena del que se duerme,
se lo lleva la corriente,
se queda entancaiito en lo muerto y en lo inerte
pongamos un final,
de cualquier dichoso día,
así suena la esperanza
ante una amarga despedida.