I.
Oh amor de Dios, tu inmensidad
el hombre no podrá contar,
ni comprender la gran verdad
que Dios al hombre pudo amar.
Cuando el pecar entró al hogar
de Adán y Eva en Edén,
Dios los sacó, mas prometió
un Salvador también.
II.
Si fuera tinta todo el mar
y todo el cielo un gran papel,
y todo hombre un escritor
y cada hoja un pincel;
para escribir de su existir
no bastarían jamás,
Él me salvó y me lavó,
y me da el cielo además.
Coro:
Oh amor de Dios, brotando estás,
inmensurable eternal,
por las edades durarás,
inagotable raudal.
III.
Y cuando el mundo pasará
con cada trama y plan carnal,
y todo reino caerá
con cada trono mundanal;
el gran amor del Redentor
por siempre durará;
la gran canción de salvación
su pueblo entonará.
Coro:
Oh amor de Dios, brotando estás,
inmensurable eternal,
por las edades durarás,
inagotable raudal.
Coro:
Oh amor de Dios, brotando estás,
inmensurable eternal,
por las edades durarás,
inagotable raudal.