Mi vacío es inmortal,
anda buscando siempre no sé qué.
Salió a la calle y volvió igual o aun más vacío,
es sencillamente y nada más
pues un vacío
que tendrá nomás que resignarse hasta el final
con la noción de aquello que empezó a buscar.
Mi vacío en espiral
no sabe cuando cómo ni porqué
por eso busca mariposas al fondo del río.
Anda por ahí sin ser fugaz
como vacío
que se estrella permanentemente en el cristal
que su mirada quiso espejo y lo cruzó.
Salta, busca, se auto engaña y nunca encuentra,
se perdió desde siempre.
Mi vacío sin final
en los cerrojos de las puertas fue
desesperado a girar decepciones en frío.
Cómo ha de encontrarse en un jamás
si está vacío
y por más que intenta siempre tienta el fantasmal
recuerdo fijo de que nada estuvo ahí,
recuerdo fijo de que nada estuvo ahí,
recuerdo fijo.