¡Oye! Las apariencias engañan, tú verás.
Escucha lo que me dijo el chamaco de Pogolotti.
Tengo en mi casa viviendo un poderoso pastor,
un elegante siamés y un ratoncito burlón.
Cuando se despierte el perro, el gato corre a su encuentro,
y el ratoncito contento se apresta a ver la pelea.
Y aunque Usted no me lo crea, son cosas que a mí me extrañan,
que el perro ladra y no muerde,
que el gato amaga y no araña ¡no, no, no, no!
¡Qué lastima!, que el gato amaga y nunca araña
y el perro sólo ladra y caza
¡Dale trompeta, aleó!
¡Qué lastima! ¡Qué lastima!
que el gato amaga y nunca araña, nunca
y el perro sólo ladra y caza
Le dije así: yo lo sé porqué te estás alardeando tanto
de lo que tiene en casa
Este gato no es siamés, y tu perro no es de raza
¡Qué lastima! ¡Qué lastima!
que el gato amaga y nunca araña, nunca
y el perro sólo ladra y caza
Y, ¡Escucha bien!
Tu gato tiene detalles que no son de gato,
y tu perro los tiene también
Entra pa’ mi casa pa’ que veas
¡Mi gato, sí, es cubano!
¡Escuchen lo que pasó en la pelea!
Y saben lo que pasó, que pasó
Los dos se escondieron, llegó el ratón
No, no, no, no, no
Y saben lo que pasó, que pasó
Los dos se escondieron, llegó el ratón
Esto tiene su moraleja, te la voy a enseñar:
las apariencias, nené, a veces suelen engañar
Sólo les digo que tengan cuidado
con eso chiquitico que vienen manda(d)o
y de mis historias, burlón, viene acabando el reto son.
¡Y está jugando!
El chiquitico y burlón y viene acabando
El chiquitico y burlón y viene acabando
El chiquitico y burlón El chiquitico y burlón
y reto son
Pero tremendo bailador
El chiquitico y burlón y viene acabando
Es un Elegguá, Elegguá, tú ves
El chiquitico y burlón
Aso kere-kere me yé.