Dime si me vas a querer
soy un hombre de poco hablar, Consuelo.
No tengo ná que ofrecer
un conuco, un gallo y un lucero.
Y la luz de la mañana
que entra por mi ventana, cielo.
Y los ríos y la montaña.
Y el viento que peina tu pelo.
Yo quisiera ofrecerte el mundo
y no puedo.
Ná me tienes que ofrecer,
tu mirada es lo único que quiero.
Dormiremos cuando el día
se acueste encima del potrero.
Y los grillos harán su canto,
y entre hierba y pasto soñaremos.
Y de tanto amar tu cuerpo
hará de mi vientre lo que espero.
Un retrato de tu cariño.
Te quiero.