El niño perdido - La cigarra -


Que mala suerte la mía,

de haber tropezao contigo,

lo a gustito que yo vivía,

tu cariño es mi castigo.


Me voy de estos terrenos

que ya he renunciaíto primita mía

pa toíta la vía,

sólo por no escuchar tú nombre,

que yo me voy a la morería.


Ay, luna que brilla en los mares,

en los mares oscuros,

luna, tú no estás cansá

de girar el mismo mundo,

ay, luna quédate conmigo,

ya no te vayas,

porque dicen que a veces

se tarda el alba.


Camino de Pozo Blanco

había una tabernita

con vino blanco.

Échame otro buchito,

vengo najando,

no ha catao ná.


Después me nació un clavel

pa alegrarme a mí los días,

y ahora que tengo a los tres,

que maravilla la mía.

Que en el jardín de mi casa

nunca falte la alegría.


Ya no cantes cigarra,

apaga tu sonsonete,

que llevo una pena en el alma,

que como un puñal se me mete

sabiendo que cuando canto

suspirando va mi suerte.


Bajo la sombra de un árbol

y al compás de mi guitarra

canto alegre este huapango,

porque la vía se acaba

y no quiero morir soñando,

ay, como muere la cigarra.


Ábreme la puerta

que vengo najando,

y los gachés, primita de mi alma,

sí a mí me ven

me la van buscando.


La vida, la vida, la vida es,

es un contratiempo,

la vida, la vida es.


Ay la vida es, la vida es….