Estábamos en lo mejor
cuando sonó el despertador
como un jarro de agua fría.
El vino dulce del placer
se avinagró sobre tu piel
y la mía.
De nueve a dos, de cuatro a seis,
yo, que he nacido para rey
trabajando por dinero...
¿Y si te quitas el jersey
y nos sacamos otra ley
del sombrero?
Diles que no
piensas fichar,
pon el reloj
a la hora de los locos
de atar.
El lunes es el día peor,
bailar con un ordenador
el bolero del masoca.
Volviéndole la espalda al mar,
sin un mal beso que llevarse
a la boca.
La fuerza de la gravedad
del cielo nos exiliará
cuando subas la persiana...
¿Por qué no hacemos el amor
y tiras esa ropa por
la ventana?
Diles que no
piensas fichar,
pon el reloj
a la hora de los locos
de atar..