Romance de Don Diego León


Esta versión del Romance está tomada de varias fuentes... Los acordes son iguales para todos los cuartetos. En los sextetos los últimos dos versos repiten los acordes de los versos tercero y cuarto. Primera Parte Int.: III 0-3-2-0 IV 0 III 0-3-2-0 (X2) Em Am Em En la ciudad de Toledo, Em D C Em En la ciudad de Granada, Em D G Allí se criara un mancebo G D C D G Que Diego León se llama. Era él alto de cuerpo, Morenita era su cara, Delgadito de cintura, Mozo criado entre damas. Don Diego se enamoró De una muy hermosa dama. Se miran por una reja, También por una ventana. El día que no se ven No les aprovecha nada. No les aprovecha el pan Ni el agua de la mañana. Un día que estaban juntos Dijo León a su dama: -Mañana te he de pedir, No sé si es cosa acertada. Aunque mi padre no quiera, Eso negociado estaba. Lo que la dama responde Al mozo le agradaba. Otro día, en la mañana, Con don Pedro se encontraba. De rodillas en el suelo Los buenos días le daba. -Don Pedro dame a tu hija, A tu hija, doña Juana. -Mi hija no es de casar, Que aún es niña y muchacha. Y el que mi yerno ha de ser Es menester que me traiga De carga cien mil ducados, Y otros tantos de oro y plata. Y otros tantos le daré, Hija mía de mi alma. Hija, León te ha pedido. Váyase y en hora mala, Que este es hombre que no tiene De caudal para una capa. -¡Padre! Cásame con él Aunque nunca me des nada. Que los bienes de este mundo Dios los daba y los quitaba. Allí conoció don Pedro Que de amores se trataba. Alquiló cuatro valientes Los mayores de la plaza. Dónde hallaran a León Que le quitaran el alma. A la salida del monte Con los cuatro se encontrara. A tres los dejara muertos Y uno malherido estaba. Mas hallándose sin armas A la mar se tira y nada. Y allí dicen que murió. Perdónele Dios su alma. Segunda Parte Rep. Intro. Cuentan otros: lo llevó Noches y días el agua Hasta el puerto en donde el rey De la guerra descansaba. Llena de la mar su ropa, Llena de dolor su alma, Al rey se presenta y jura Por él morir en batalla. Fue su espada valerosa, Tales fueron sus hazañas, Que al rey alcanzó su fama, Con su amistad le señala. Un día lo halló llorando, Muy triste, por doña Juana. -¿Por qué llora el caballero? -Por ya no ver a mi dama. Que por no tener ducados Su padre de sí me echara. Y por ser de ella querido Cuatro a matarme él mandara. -¡Vaya a buscarla don Diego, Que le acompañe mi guardia! ¡Abrace don Pedro al oro Y el caballero a su dama! Desde su torre don Pedro Vio la tropa que llegaba. -¿A qué vienen estos hombres? ¿Quién es ese que los manda? Ya los guía un caballero Alto y moreno de cara, Montado en corcel de guerra Y vistiendo seda y grana. ¿Por dónde pasas, León? ¡Por la puerta de tu dama! ¡Y alzando los estandartes A la hora señalada! -Soy don León de Toledo, Diego León de Granada. Don Pedro, dame a tu hija, Por ella doy oro y plata. Que por poca cosa entregas Lo que vale más que nada. Si buscaste darme muerte Te doy la vida y el alma. Detrás de la fina reja, En la su alta ventana, Ve León a doña Juana -¿Ha cambiado su palabra? -Venga a llevarme, don Diego, Que aún estoy en mi palabra. Abajo las escaleras Como una leona brava. Y otro día, en la mañana, Las ricas bodas se armaban.