Latidos que enmudecen
proclaman el silencio de mi ley
ya nada me ilumina
se cierran las ventanas por mi ley.
Y aunque siempre haya que persistir
me es difícil resistir
sirenas que ensordecen
anuncian la llegada de mi ley.
Los niños se resignan
la noche fría cala por mi ley
y aunque intente pretender no ver
lamentado estoy aquí
horas y horas
sin poder gritar.
Por más que trato
más me cuesta
por más que trato
más me cuesta
más que trato
más me cuesta hoy.
Legados de tristeza
dejaron los vestigios de mi ley
y ahora sólo espero construir
la confianza que perdí
horas y horas
sin poder gritar.
Por más que trato
más me cuesta
por más que trato
más me cuesta
más que trato
más me cuesta hoy.
Por más que trato
más me cuesta
por más que trato
más me cuesta
más que trato
más me cuesta hoy.