Los caminos del señor


Dm C Dm La otra tarde en una iglesia, Dm C Dm que era fiesta de guardar, Dm C Dm me dio un ataque de amnesia Dm C Dm no podía recordar Dm C Dm a quién coño fui a rezar. Bb A Yo que siento por Jesús, Bb A yo que siento por Jesús Dm C Dm repelús. Imaginad mi problema, cualquier otro sin mi fe, con seguridad, blasfema o se va a tomar café. Pero yo no flaqueé, no podía estar allí, no podía estar allí porque sí. "He perdido la memoria", le expliqué a un santo varón. "Eche una jaculatoria o una salve a mi intención, tengo un lío del copón. No comprendo, ay de mí. No comprendo, ay de mí, que hago aquí." "Calma", me dijo el beato, "por mi honor de sacristán, rezaré a San Cucufato y tus recuerdos volverán o sus huevos sufrirán." Y le ató al pobre un cordel, y le ató al pobre un cordel. ¡Qué cruel! Recuperé por entero, gracias a su intercesión, la memoria y un mechero que no entraba en la oración. ¡Eso sí que es devoción! Le quedaba además, le quedaba además mucho gas. Le di lumbre a un monaguillo y una hostia al sacristán, y les vacié el cepillo a San Cosme y San Damián, recordando que mi plan era entrar a aquel lugar, era entrar a aquel lugar a robar. Tú que nunca vas al templo, tú que estás en el error, toma de mi historia ejemplo, rectifica pecador y recorre sin temor los caminos del señor, los caminos del señor. ¡Sí señor!