Amanece y en mi almohada
mueren los besos que te robé,
es tan difícil seguir la huella
de una sirena que se me fue.
El mar me vuelve a arrancar tu cuerpo
está celoso cuando nos ve,
cumplir con furia nuestros deseos,
que se derraman sobre tu ser.
Abrázame fueron los últimos sonidos
que escuché y sellamos las promesas
que el viento se encargó de romper.
Cada noche donde quiera que esté,
mis palabras no me dejan caer
y yo estaré, y yo estaré...
Cada frase, cada gota de amor
un suspiro que busca tu voz,
y yo estaré, y yo estaré.
La ciudad nos dió la espalda,
dos fugitivos contra el reloj,
en el abismo entre nuestros mundos
yace tatuado mi corazón.
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