Como perros, como hermanos


Como conocidos nos llevamos
tiempo atrás cuando no hablamos
años antes como perros
años hoy como hermanos.

Ayer ladramos
hoy tal vez conversamos
fuimos perros
fuimos vanos.

Con el tiempo encima tuyo
y el orgullo débil concluyo
que el hermano es tu sangre
y tu sangre es tu vida.

Fuimos perros
fuimos vanos
somos sangre
somos hermanos.

Y esa vida será indispensable
como la luz del viejo sol que acepta
que somos sangre
que somos hermanos.

Los padres son humanos
y como tales pasarán
te dan mucho para el camino
y ya es hora de tejer nuestro destino.

El apoyo debe surgir
el amor para crecer debe sufrir
debemos lograr juntos vivir
pero muy poco convivir.

Siento que empieza ya el recorrido
con la buena compañía
que nos hace entender del hermano un necesario sentimiento
y no tan sólo un ilusorio o mediocre parentesco.

Y pensar que todo vivió
de la desinhibida conversación
que nos regaló la rabia guardada
en el silencio de nuestra relación.