Secuelas de una triste guerra
por la codicia y la ambición.
Mira esa niña que está muerta
víctima de la sinrazón.
Humo y ciudades derruidas
en defensa de su confort.
Gran número de armas vendidas,
un negocio sin corazón.
Dime, dime, dime,
dime, dime, ¿por qué?
El hambre es algo secundario:
recortes en la educación
para sentirnos protegidas y protegidos
de un peligro que no existió.
Pero para ell@s es rentable
su innecesaria condición.
Persistirá el parasitismo
y habrá más muertes a su son.
Dime, dime, dime,
dime, dime, ¿por qué?
Han vuelto a ganar la batalla
su engaño y su sumisión.
Todo esto por permitir que haya
militares de profesión.
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