He aspirado el humo persa
navegando en un vapor
y en la noche más lunar
deslizando una canción.
He llegado en el momento
en que el alba abraza al sol
abriendo el día
no me importa si un beso nuclear
en la frente del mundo
nos deshace en la mano
la línea horizontal.
Haz tu guerra a un lado
si acabaste de vivir
yo todavía no.
Esta noche oriental, etérea.
toserán nuestros tuberculosos pulmones
sobre la inmaculada faz de la tierra.
Entraremos en los cuartos
de las púberes doncellas
y les cantaremos al oído
poemas sucios e insensatas odas.
Pervertiremos el olor de azahar
de sus alientos
con vinos y perfumes agrios
liaremos cigarrillos morados
traídos de la vieja Persia
y fumaremos
la nube espesa de sus ojos.
Rondaremos el patio trasero de sus muslos
haremos reventar la noche en llanto
agua tibia, río terso
para que el día amanezca iluminado de sonrisas
y floridas las ventanas.
Un payaso blanco, un rey,
un ácido en ración
dos princesas rojas
y una trágica ilusión.
¡Eh tú, amigo! No finjas calidez
si entrando enfrías la habitación..