Mi fe podrá defenderme del último ataque
y doblegar enemigos que buscan vencer
mi decisión de ser real y mis deseos de triunfar.
Ya mi misión está escrita en los libros sagrados,
para lograr esa magia divina que sé,
me ayudará a concretar lo que mi rey me encomendó.
Y estoy seguro
ningún conjuro podrá
alimentarse de mi sangre.
Hoy las invoco
fuerzas divinas del bien,
voy a luchar, voy a vencer por su poder.
Y llegará el gran día que el mal en el mundo
sucumbirá a la luz de un poder celestial,
se morirán, se pudrirán, sólo cenizas quedarán.