Yo estaba en la orilla del Nilo
Cuando vi sonreír a la dama
La hubiera sacado a pasear un momento, por un momento
Como lágrimas vestidas por un niño
¡Como flotaba locamente su dorada cabellera!
Luego desplegó sus alas para volar, por volar
Planeando alto entre los vientos
Yendo siempre a donde quiere
Llegara hasta la isla del sol
La seguiré bajo su sombra
Y la mirare desde mi ventana
Un día la atrapare
Ella me llama desde el fondo de los abismos
Llamando a mi alma al sueño eterno
Estoy expuesto a que ella me arrastre al fondo.