Marta
Telefonista, número, por favor.
Han transcurrido tantos años...
y ella recordará mi antigua voz
mientras yo contengo las lágrimas.
Hola, hola ¿está ahí Marta?,
soy el viejo Tom Frost.
Estoy llamando desde larga distancia,
no te preocupes por el coste.
Han pasado 40 años o más,
Ahora Marta, recuerda, por favor,
y reúnete conmigo en un café donde hablaremos de todo.
Y aquellos fueron días de rosas,
poesía y prosa y Marta.
Y todo lo que tenía eras tú y todo lo que tenías era yo.
Y no existía el mañana,
mientras empaquetábamos nuestras penas
y las salvábamos de un día lluvioso.
Ahora me siento mucho más viejo.
Y tú también eres más vieja.
Oh, ¿cómo está tu marido? ¿cómo están los niños?.
¿Sabes?, ¡yo también me casé!.
¡Qué bien que encontraras a alguien
que te hiciera sentirte segura!.
Oh, porque éramos tan jóvenes y alocados...
Y ahora somos maduros.
Y aquellos fueron días de rosas,
poesía y prosa y Marta.
Y todo lo que tenía eras tú y todo lo que tenías era yo.
Y no existía el mañana,
mientras empaquetábamos nuestras penas
y las salvábamos de un día lluvioso.
Y yo era siempre tan impulsivo...
Creo que todavía lo soy.
Pero todo lo que realmente importaba entonces
era que yo era un hombre.
Creo que lo nuestro
nunca tuvo que producirse.
Oh, sin embargo Marta…, te amo Marta
¿no lo ves?.
Y aquellos fueron días de rosas,
poesía y prosa y Marta.
Y todo lo que tenía eras tú y todo lo que tenías era yo.
Y no existía el mañana,
mientras empaquetábamos nuestras penas
y las salvábamos de un día lluvioso.
Y recuerdo atardeceres tranquilos…
temblando cerca de ti….