En la cruz del Altozano,
Yo vi llorar un anciano, con llanto desgarrador
Con su pistola en la mano,
Esa tarde muy temprano, se retorcía de dolor
Hijo de mi alma decía,
Te juro que no sabía, lo supe al llegar ayer
Te advertí que con García,
Te iba a traicionar un día, no lo quisiste creer
Por pura curiosidad,
Lo seguí en la oscuridad, al paso de su caballo
Esa es la pura verdad,
El viejo se iba a vengar, se le había metido el diablo
Se desato la tormenta
Mil rayos y mil centellas, alumbraban el lugar
Llego hasta la ranchería
Donde estaba Juan García, se apresuro a desmontar
No amainaba el aguacero,
Toco la puerta y abrieron, García el rostro asumo
Le pusiste el dedo a mi hijo,
Casi llorando le dijo, la carga le disparo
La tumba del Altozano,
Donde lloro aquel anciano, atrás quedo en el olvido
El tiempo no ha de borrar,
Tampoco se ha de olvidar, el nombre de aquel bandido.