Me da vegüenza con mis amigos,
de que a mis años por amor me vean llorar,
pero no puedo, estoy llorando
por esa ingrata que se acaba de marchar.
Le di mil cosas, le di mil besos
y en uno de ellos mi vida le entregué.
Le hice estrofas, le hice versos,
por que en sus brazos poeta me sentí.
Y el sufrimiento me está matando,
estoy llorando desde el día en que la perdí.
Me da vegüenza con mis amigos,
de que a mis años por amor me vean llorar,
pero no puedo, estoy llorando
por esa ingrata que se acaba de marchar.
Estoy llorando, como un cobarde,
que hasta presiento que llorando he de morir.
La vida entera daría por verla,
para quererla igual o más que ayer.
Al fin y al cabo, me sobra llanto
para llorarle si la vuelvo a perder.