El tomaba el sol cada mañana
sentado en ese banco solitario,
fumando cigarrillos de nostalgia
y conversando con su soledad... nananana,
y acariciando su cabello gris.
Ella lo miraba de reojo
envuelta en una nube de palomas,
jugando con el viento del otoño
como un adolescente en libertad... nananana,
pensando que algún día fue feliz.
La mira el... desde su cielo de nieve y sal,
desde su banco de sombra y sol
mientras escucha su corazón... latir.
Lo mira ella... desde su cielo sereno y gris,
desde su otoño amarillo y miel
mientras escucha su corazón... latir... por el.
Le pregunta el como te llamas,
ella se ruboriza y le sonríe,
se cruzan en silencio sus miradas;
me llamaré como prefieras tu... nananana,
me llamaré como prefieras tu...
El amor no es de hoy ni de mañana,
es tan intemporal como la luna,
será quizá una broma del destino
pero se han vuelto hoy a enamorar... nananana,
pero se han vuelto hoy a enamorar.
La mira el... desde su cielo de nieve y sal
desde su banco de sombra y sol
mientras escucha su corazón... latir.
Lo mira ella ... desde su cielo sereno y gris,
desde su otoño amarillo y miel
mientras escucha su corazón... latir... por el.